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MASONERÍA, INDEPENDENCIA, REVOLUCIÓN Y SECULARIZACIÓN
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En la isla de Patmos
11.09.2010
La Disputa del Sacramento
Uno de los principales problemas del cristianismo es dar rostro a su divinidad. Son tres y uno, con características distintas. El marco y/o diferencia que establece el cristianismo es que ellos no vieron esa voz que sí vio Moisés y el pueblo judío, como Dios/Lenguaje Escrito [Las Tablas de la ley] y Oral [El Arca de la Alianza]. De ahí las diversos rostros. El renacimiento se encargó de perpetuar su rostro cristiano. La obra de La creazione di Adamo de Miguel Ángel muestra a un Sócrates tratando de entregar, estirándose, el conocimiento. Adán lo recibe con soberbia y desdén.
Rafael Sanzio pintaría la Disputa del Sacramento1, obra que es una muestra de los niveles de la disputa del misterio1 de la última cena y el cuerpo de Cristo. Si la mordida de la manzana nos dio la conciencia de la muerte, la última cena es devolvernos esa inconsciencia de la muerte.
Mientras estaban cenando, tomó Jesús el pan, y le bendijo, y partió y dióselo a sus discípulos, diciendo: Tomad y comed; éste es mi cuerpo. Y tomando el cáliz dio gracias,lo bendijo y dióselo, diciendo: Bebed todos de él. Porque ésta es mi sangre, que será el sello del nuevo testamento, la cual será derramada por muchos para remisión de los pecados.2
Es decir, comer y tomar el cuerpo del hombre, del hijo de Dios, sin la conciencia de que es hombre; sin el precedente de saberse caníbales y, por lo tanto, perder esa idea de muerte. Es el regreso a la inmortalidad en el acto de comernos al Mesías. La última cena y la imagen de pan/hostia y vino son metáforas de un nuevo testimonio que los cristianos levantaron, dudaron, reflexionaron, cuestionaron y filosofaron3.
La obra de Rafael Sanzio marca tres niveles para la interpretación del rostro de Dios. En el espacio griego, se encuentran teólogos, autoridades eclesiásticas y padres de la Iglesia discutiendo el problema teológico y filosófico del lenguaje divino. Atrás de ellos, la mirada y el desdén soberano de Dante. Al centro, la hostia y/o símbolo del nuevo testimonio, la inconciencia de la muerte y, por lo tanto, la inmortalidad del hombre. Sobre sí, La Palabra, los libros fundamentales del Nuevo Testamento con la iluminación e inspiración del ave mensajera que da las fuentes de la lengua. En el centro, Cristo junto con la tradición mítica del pueblo judío, en la legitimación de su condición de Mesías o "Ungido": Salomón, Moisés, David, entre otros. Al fondo, el Dios Padre en su eterna postura Socrática, con su Palabra Oral y Escrita, en la cima del rostro y el Origen mismo.
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1Recordemos que Sacramento y Misterio es lo mismo. Las dos palabras provienen del vocablo griego que significa secreto.
2Evangelio según San Mateo, Cap. 26, Vers. 26-28.
3Aún lo hacen.