Para copiarse Príncipe, a un espejo
consultaba Católico el Britano,
que en vano libra aciertos en la mano;
quien no mendiga luces el consejo.
Tanta luz anunciaba de reflejo
la hermosa imagen de talento cano,
que aunque ciego, le teme el error vano
en las lucidas sombras del bosquejo.
Mucho emprende Jacobo; malogrado
verá el empeño, conque a LUIS compite
de políticas trazas el traslado,
que no es, por más que el logro solicite,
gobierno tan cabal, para imitado
que a la admiración sólo permite.
Espejo de Príncipes..., Juan Dies de Bracamont.
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