4.28.2009
Me duele saber los caminos eminentes que tomaremos. A la entrada, una locura de palabras entablará los debates, los puntos, las divergencias; la guerra futura. Mi mesurada y particular libertad, igualdad y soberanía; sus tintes conservadores, radicales, derechistas -está convencido-. Somos tan parecidos. Me sorprendió ver, a su corta edad, el finiquito de una lectura “interminable”. Disfruté tanto sus pláticas; sus pocas y tan bien realizadas lecturas; sus mundos imaginarios; su hospitalidad y cariño. Quisiera creer que estaremos en un mismo templo, con los obituarios correspondientes y el signo. No será así. Partirás a un lugar que no comparto, que señalo los modernos feudalismos y su poca disponibilidad de discusión. Por eso añoro los tiempos anormales, donde sólo existe la palabra y el silencio; el río que pasa y las solturas de no creer en las facetas.
Reinará el gracias diplomático, los buenos recuerdos y algunas lecturas…
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