4.10.2017

Romance por un acto de contrición

Muy noble y leal ciudad: Artes y Letras del Zacatecas virreinal, columna cultural en el periódico Imagen.



La poesía en la Edad Moderna en muchos casos tuvo tintes religiosos. Su elaboración se debe a dos procesos que tienen que ver con el curso de la tradición poética medieval, así como a la fórmula de propagación del dogma blindada institucionalmente en el siglo XVI.
La poesía hispanoamericana religiosa se inscribe, por tanto, en dos senderos. En el Medioevo, la inercia de la preponderancia del sentido del oído junto a su réplica mística; ejemplo tácito los versos de Gonzalo de Bercero. Ya en el siglo XVI, el Concilio de Trento en la justificación de que el arte debe servir para la propagación del dogma, así como los Ejercicios de Ignacio de Loyola, que marcaron pautas en la reflexión en torno a productos de carácter metafísicos.
Los siglos XVI y XVII fueron por tanto un periodo en el que muchas obras poéticas estuvieron apegadas a la reflexión y arrepentimiento, para el engrandecimiento del alma. Cabe resaltar los versos de San Juan de la Cruz y de Santa Teresa de Jesús, con caminos místicos de redención, tales como la célebre “Subida al Monte Carmelo”.
En el caso novohispano, el poeta zacatecano de la orden de San Francisco, José de Castro realizó una serie de versos que contuvieron esa propuesta entre lo poético y lo religioso. Uno de ellos, “Acto de Contrición”, manifiesta el proceso de arrepentimiento y reflexión, para la ascensión del alma.
El poema se encuentra impreso en Varias poesías a los divino…, que apareció en la reimpresión por la orden de la Santa Cruz de Querétaro en 1746, por la casa editorial de la viuda de José Bernardo de Hogal. Sobre este impreso aún hay mucho que indagar en cuanto a su proceso como libro.
El poema es un romance, esto es, un texto poético organizado por estrofas de cuarto versos octosílabos con rimas asonantes en pares. Del impreso, la extensión del poema es de veinte fojas. En su estructura temática, el poema contiene un orden a manera plena de acto de contrición: reconocimiento del pecado, arrepentimiento ante las faltas y alabanzas al poder divino, junto al propósito de no volver a pecar. Así, en un momento específico, la voz del poema usa el sentido de la vista para encontrar la redención:
   Pero si miro hacia ti,
oh piadosísimo dueño
en cinco fuentes de sangre
golfos de piedad encuentro.
Grande, señor, es el daño,
que infelizmente padezco,
pero mirando esas Llagas
hallo mayor el remedio.
El poema, en sinestesias, hace referencias a pasajes de la pasión de Cristo, manifiesto de la ingratitud del hombre. Al final, la búsqueda del cielo, poema-oración:
Misericordia, mi Dios,
perdón, dulcísimo Dueño,
piedad dulce Jesús mío,
remedio, Señor, remedio,
socorro, Señor, socorro,
que me pierdo, que me pierdo.

No hay comentarios: