Muy noble y leal ciudad: Artes y Letras del Zacatecas virreinal, columna cultural en el periódico Imagen.
La Guerra de Sucesión Española
inició en 1701. El conflicto era la sucesión: los Austrias encabezados por el
emperador Leopoldo I apoyaban al archiduque Carlos; los Borbones encabezados
por el rey de Francia Luis XIV sostenían a Felipe duque de Anjou. A menos de un
mes de su muerte, Carlos II, quien no tuvo hijos, signó su testamento otorgando
la corona al duque. Sin embargo, el documento legal no fue aceptado por los
Habsburgo.
La guerra duró más de diez años, con la participación de
otros reinos europeos. Entre otras particularidades, cabe mencionar que el
reino español llegó a tener dos monarcas proclamados, signos rituales que
mostraban el conflicto.
La Nueva España apoyó la opción borbónica. Si bien no se
registraron conflictos marciales, el sustentáculo novohispano fue
principalmente en lo económico y en el apoyo discursivo-iconográfico.
Entre 1711-1713, las huestes de Felipe V habían ya casi
vencido por completo a los grupos proaustriacos. Para ello, en la Nueva España
se suscitaron una serie de expresiones de lealtad en torno a los logros del
monarca borbónico.
Cristóbal Ruiz Guerra Morales, quien según Juan Ignacio de
Castorena y Ursúa era oriundo de Zacatecas, dictó un sermón en honor a Felipe V
el 15 de agosto de 1711, día de acción de gracias, en la parroquia de San
Antonio en la ciudad de Texcoco. El documento se tituló La Corona por herencia, por elección, y por aclamación adquirida a
fuerzas del valor afianzada…, patrocinado por el capitán Alejandro de Novoa
y Salgado e impreso en la casa editorial de la viuda de Miguel de Ribera. El
texto fue dedicado al Inquisidor Francisco Garcerón.
El impreso contiene la dedicatoria de Cristóbal Ruiz Guerra
Morales, la censura de Baltazar de Alcocer y Sariñana –sobrino de Isidro de
Sariñana–, el parecer de Juan de Segura y las licencias del virrey Fernando
Alencastre Noroña y Silva duque de Linares.
La Salutación del autor es el asunto político del texto:
Viva el Rey. ¿Qué rey? Presentad en breve la atención a mi labio, que ni es ofensa de la Sacra Majestad que venero la pregunta, ni es duda de mi lealtad la tardanza en la respuesta. Y pues tenéis noticia del triunfo, corregid la noticia a la historia.
Viva el Rey, digo una, otra, y repetidas veces; y una, otra, y repetidas veces pregunto, ¿qué Rey es el que triunfante viva, si en los Anales del tiempo en la Historia, en los Eternos Padrones leales de nuestros fieles rendidos corazones? Vivat Rex.
La
respuesta es en términos histórico-mitológicos. Se hace referencia a la
victoria de un rey Philippo en el año de 1214, hijo de un rey Luis en la toma
de Flandes en Germania al Emperador Othón. Plena emulación a “El Animoso”.
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