La transición dinástica de Austrias
a Borbones significó, entre otros puntos, el posicionamiento de un nuevo
programa iconográfico en la representación del poder. Lejos de entablar un
cambio total en términos visuales-artísticos, lo que ocurrió fue, al menos en
un primer momento, una convivencia de símbolos dinásticos. La razón era clara:
manifestar un cambio sin tensiones, direccionados con base en el testamento de
Carlos II.
En la Nueva España se dieron diferentes manifestaciones de
lealtad que buscaron alinearse a la corona. En esa dialéctica, también se
involucraron símbolos y jerarquías de la América Septentrional; la idea de
refrendar la corona implicaba el resguardar las soberanías y posiciones
locales. De allí que el conde de Moctezuma en la organización de exequias al
último de los Austrias españoles manifestara tajantemente su realización Luego, Luego, Luego.
Juan Ignacio de Castorena y Ursúa tuvo un papel reconocible
en la elaboración y publicación, tanto de las exequias a Carlos II, como de la
jura a Felipe V. En el libro El sol eclypsado…
fue quien dio sentir y reforzó el sentido simbólico central del túmulo y del
libro. En el caso de la jura, Sumptuoso
festivo real aparato… de Gabriel Mendieta Rebollo, el zacatecano según en
un impreso posterior fue quien mandó su impresión.
En ambos libros aparecen símbolos dinásticos que mantuvieron
una convivencia. Un ejemplo es la parte superior del aparato de jura, expuesto
en la plaza principal de la ciudad de México. Se trató de una Flor de Lis de
plata que en su vástago desplegaba una Rosa de Castilla con un finísimo oro
alrededor.
La convivencia entre los símbolos austriacos, hispánicos y
borbónicos se expresó principalmente con la imagen del Toisón de Oro. Cabe
mencionar que esta imagen era en principio propia de la tradición de Flandes.
Fue introducida a España en primer lugar por Felipe I “El Hermoso” y puesto en
lo alto por Carlos V. De tal modo, se convirtió en un símbolo característico
tanto de los Austrias, como de España.
En el caso de la jura a Felipe V, en el quinto arquero se
puso en una tarja a un cordero pendiente por el pecho de una cadena de oro, con
el epígrafe LEONIBUS AGNI. De suscriptio, la siguiente octava:
No te espante Castilla el León rugiente,
Que también son Corderos los Leones:
León FELIPE será por lo valiente,
Más serán de Corderos sus blasones:
¿Piensas, que en vano a nuestro REY pendiente
Ciñe el Toisón con Reales Eslabones?
No: porque esto denota ser Cordero,
El que por REY de España es León guerrero.
La
idea central es la defensa de la imagen teórica del monarca. Entre ellos, el
rey y el cordero, un emblema ya expuesto en el Llanto del Occidente… por Isidro de Sariñana.
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