Muy noble y leal ciudad: Artes y Letras del Zacatecas Virreinal, columna cultural en el periódico Imagen.
Es el siglo XIX un periodo de
cambios y disertaciones críticas en México. Apenas en sus primeras dos décadas
se generaron visiones encontradas de sendas magnitudes en puntos desde la Cádiz
atlántica, hasta los rescoldos más apartados de la entonces América española.
Además, se conformaron nuevas instituciones y agrupaciones que no fue más que
el resultado de un ejercicio intelectual, discursivo, político, cultural y
económico.
La suerte de la soberanía, en su denominación de Antiguo Régimen a nuevos Estados Nación,
se transformó, a la par de las visiones de la Historia y sus usos discursivos. Si de la emancipación formal al
Imperio del Anáhuac en 1821 significó ya una forma inédita de entender tres
siglos anteriores, en menos de quince años otras voces manifestaron y
explicaron los reasuntos de la Patria
y sus oriundos ciudadanos.
Un ejemplo es Memoria
de la conquista de Zacatecas…, escrita por fray Francisco Fexes del Colegio
de Nuestra Señora de Guadalupe. El texto salió gracias a la imprenta de Pedro
Piña en 1834. En su portada se muestra el grabado de la diosa Atenea, rodeada
de laureles y olivos, sosteniendo en su mano izquierda un escudo con el mote
“Libertad”.
La mirada de fray Francisco Fexes con respecto al mundo
virreinal es la del uso de la Historia
como factor de enajenación ideológica. En este caso, su utilidad es la de dar
unidad y fuerza a la patria. Hay un providencialismo con tintes de ilustración,
pues distingue que aunque Dios dio naturaleza de entendimiento a todos los
hombres, la mayoría queda sumida en la ignorancia. Así observa tanto el pasado
prehispánico, como los tres siglos virreinales, que señala ante la conveniencia
de los historiadores:
Si éste fatal sistema se planteó en cuanto a todas las ciencias en común, con la mayor escrupulosidad se siguió en lo que tocaba a la historia. Contradecir a esta verdad, es ignorar los medios que en política han adoptado los conquistadores de todo el mundo. Si se permitió a los americanos la lectura de la historia de su conquista, fue solamente en los autores que adulteraron los hechos, ocultaron otros, y negaron los verdaderos: autores que por una plaza de audiencia, silla de coro o empleo militar, prostituyeron su opinión y su pluma.
La visión de la Historia
de fray Francisco Fexes tiene un amplio provecho. Ante los devaneos de un
Francisco García Salinas en los disímiles tiempos de 1834, la proclama de Libertad es:
Y la verdad, es cosa dolorosa ver entregados a discreción de la polilla tantos papeles que ahora más que nunca necesitamos traer en la mano para levantar sobre los cimientos sólidos, el edificio de nuestra libertad política. […] Esto entregado a un sabio escritor desocupad de otras atenciones; dotados y reglamentados sus trabajos; darían a la nación y a los estados la mayor firmeza y entusiasmo para defender y asegurar para siempre los derechos e integridad de su patria.
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