5.24.2010
Eterno canto de noche.
Supone una caída a la sensibilidad, un simulacro, una vereda. Conforma un despilfarro de memoria, con la cabeza apoyada de raíz, sin fortuna, al viento. Esa imagen ilumina, su media luna en galleta para dar certeza del sueño y, así mismo, la promesa del despertar agónico, endeble, sin el gusto de hacerlo.
¿Y los libros debajo de su cuerpo?
Llana, azul, etérea, la noche reafirma el devenir de los pensamientos, un ritual de la memoria en el sueño, una hojeada del silencio y el canto. Serás Orfeo, sin nombre (Hocks), y portarás el instrumento de tu canto, velarás las expectativas de un viaje hacia la nada para encontrarte precisamente con lo que ya sabrás, la nada. Así lo traerás hacia la tierra, propagando la sutileza del canto, resolviendo el silencio de noche. Mientras tanto la luna seguirá ahí, como parte conjetural de tu viaje:
Supondrá una caída a la sensibilidad, un simulacro, una vereda. Conformará un despilfarro de memoria, con la cabeza apoyada de raíz, sin fortuna, al viento. Esa imagen iluminará, su media luna en galleta para dar certeza del sueño y, así mismo, la promesa del despertar agónico, endeble, sin el gusto de hacerlo.
¿Y los libros debajo de su cuerpo?
Llana, azul, etérea, la noche reafirmará el devenir de los pensamientos, un ritual de la memoria en el sueño, una hojeada del silencio y el canto. Fuiste Orfeo, sin nombre (Hocks), y portaste el instrumento de tu canto, velaste las expectativas de un viaje hacia la nada para encontrarte precisamente con lo que ya supiste, la nada. Así lo trajiste hacia la tierra, propagando la sutileza del canto, resolviendo el silencio de noche. Mientras tanto la luna siguió ahí, como parte conjetural de tu viaje:
Supuso una caída a la sensibilidad, un simulacro, una vereda. Confirmó un despilfarro de memoria, con la cabeza apoyada de raíz, sin fortuna, al viento. Esa imagen iluminó, su media luna en galleta para dar certeza del sueño y, así mismo, la promesa del despertar agónico, endeble, sin el gusto de hacerlo.
¿Y los libros debajo de su cuerpo?
Llana, azul, etérea, la noche reafirmó el devenir de los pensamientos, un ritual de la memoria en el sueño, una hojeada del silencio y el canto. Eres Orfeo, sin nombre (Hocks), y portas el instrumento de tu canto, velas las expectativas de un viaje hacia la nada para encontrarte precisamente con lo que ya sabes, la nada. Así lo traes hacia la tierra, propagando la sutileza del canto, resolviendo el silencio de noche. Mientras tanto la luna sigue ahí, como parte conjetural de tu viaje:
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1 comentario:
Yo ninguna de las dos, ambas me hacen darle tiempo y eso no es chido...
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