5.28.2010

¿Y ahora, la pandemia cibernética?

Entra, en su forma puntiaguda pide permiso para abrir y le manifiesta las diversas funciones que puede realizar. El otro, el controlador, elige a doble click, entusiasmado, con la tarea de marcar una espina en su seno. Se abren las funciones, se manipulan, se dan la mano, se dejan, se borran, se recuperan, se dan cuenta eternamente de su inexistencia del uno sin el otro. Es una relación de necesidades múltiples, laborales, ocio, conjeturas, soporte de imágenes, juego de palabras. De pronto aparece, un anuncio en rojo, un alerta diferida y que causa miedo al controlador. Inmediatamente se ponen diversas propuestas: poner en cuarentena, eliminar, sanar, restaurar. Si no se toma en cuenta el aviso, se puede llegar a extremos literarios: Troya en el cuerpo; Gusano Severino en la estructura molecular; Lepra oníricamente verde y cayendo en números.
Suponía sólo un desperfecto de controlador, de códigos binarios, de lenguaje virtual. Ahora se concibe en la palma de la mano y daña por entero las funciones del organismo, las neuronas que son comidas como un festín de Mantis religiosa, como una guerra situada por Dioses Controladores de rasgos faciales de japonés.
¿Será una pandemia? ¿Se tiene entonces que lavar constantemente las manos al tocar el teclado; usar cubrebocas si se habla por el Messenger; estornudar hacia los codos si, en ese preciso instante, se mira una fotografía en Facebook? ¿Y los síntomas: el cuerpo perderá toda su memoria; los movimientos de cuerpo serán más lentos por el daño en el sistema RAM; la música que salga de la boca estará cortada por la inestabilidad del código y saturación de tareas; las imágenes del recuerdo serán borradas sin tomar en cuenta una depuración del controlador? ¿Qué pasará con las instituciones de salud para restaurar el daño: el NOD32 tendrá oficinas legales en el IMSS; habrá una ley del trabajador virtual; las inyecciones serán una memoria de 4 gigas; las pastillas serán los discos compactos?
Lo más importante, ¿habrá expresiones literarias, como el Decamerón, que salgan del encierro obligatorio para evitar el contagio?

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