7.10.2010
La necesidad del Pulpo
Hace unos días platicaba con algunas personas (de corte científico) que con furia me reclamaban el sentido falso del mito. Yo no lo podía creer, afirmaban un mundo sin imágenes, sin sustancia imaginaria; su única representación esencial del mundo era la famosa escala binaria y verde de números otorgados por la película Matrix. Yo sostenía (aún lo hago) que al final de cuentas, esa propuesta de la sustancia de conocimiento era una manera imaginaria, puesto que los números -en su obstinada comprobación- no se pueden tocar. La discusión terminó con la noche y la bebida.
Lo inédito sucedió hace algunos días, todo por supuesto en el marco del Mundial de soccer en Sudáfrica. Las mismas personas estaban totalmente convencidas de la capacidad profética del Pulpo. Era como un cambio de mentalidad, de cerebro. Sus hipótesis y favoritismos se anclaban a lo que el Pulpo decía, o mejor dicho, hacia donde el pulpo movía la pelotita en el agua. Frase ya común: "El Pulpo no se equivoca".
Salí fastidiado de dicha plática. Me niego a creerlo. Por supuesto que tengo en mente y creo, además, que el hombre necesita un aferramiento o mejor dicho una seguridad del futuro, que le pueda dar una justificación plena de su pasado y su presente perpetuo. Los tiempos deben ser mejores. Por ello a voz y el aliento que, no es algo gratuito, alienta, te llena de voz y de seguridad. El oráculo de Delfos y su sitio; el Tabernáculo, las tablas de la ley y lo oral; los Templos y la Biblia, son resguardos de esa palabra, de ese aliento que si bien no consta de algún hecho tangible, al menos (no menos, claro) otorgan una maravilla y ensoñaciones de símbolos, imágenes, palabras, creaciones, etcétera.
Me niego a creerlo. Prefiero hacer caso a esa palabra de Tiresias el andrógino, al Moisés que arrojó, con violencia, las primeras tablas de la Ley a becerro de oro; al Hermes que aparecía como principal mensajero; a las Ninfas y la luz de Apolo; que a un simple pulpo con una pelitota, en un frasco con agua, con 20 científicos "comprobando" su nula y coincidente verdad.
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