11.21.2016

Ramón López Velarde y Francisco I. Madero

Ochos en el piso de la soledad, columna por el centenario de La sangre devota de Ramón López Velarde. Con el agradecimiento al periódico Imagen por la publicación. 


En los poemarios de Ramón López Velarde no se hace mención a los conflictos de transición política 1910-1916. Lejos de contrastar responsabilidad a su presente, muestra compromiso con su poética, senderos simbólicos en opciones taciturnas.
No obstante, Ramón López Velarde tuvo, además del poético, un perfil político. Participó activamente en Zacatecas, San Luis Potosí, Jalisco y Aguascalientes. Aspiró a cargos de la función pública e incluso se ha llegado a afirmar su colaboración en el Plan de 1910. Su obra periodística indica sus posiciones y el reconocimiento con Francisco I. Madero.
De 1909 a 1913, el poeta apoyó al coahuilense con artículos de opinión. Afirmó: “Este fronterizo vale, por su hombría, más que los políticos sin sexo de la ciudad de Méjico, en la que están domiciliados tantos misérrimos individuos.” Fue crítico con su actuar: “Consentir en la reelección del presidente para oponerse a la de los demás funcionarios es lo que en romance se llama andarse por las ramas. Pero creo que en esto Madero fue torpe.”
El jerezano expresó una postura en el respeto de las instituciones. Creyó en la transición política, sin embargo lo hizo desde los mecanismos jurídicos que propuso el Estado. No aprobó jamás la fuerza y las luchas armadas, apostó por la civilidad y el acuerdo entre hombres libres y de buena fe. 
Lo anterior se demuestra en “Por Zacatecas”, (La Nación, julio, 1912).  Ahí se notan las visiones de Estado del poeta.
Después de la revolución, Zacatecas ha sido gobernado por la sensatez y la honorabilidad de señor licenciado José Guadalupe González, uno de los pocos individuos de quien no nos hemos decepcionados los que fuimos antirreeleccionistas de buena fe. Y el señor licenciado González ha prestigiado al señor presidente.
Denostó a la oposición de Madero ya durante su mandato. Señaló a Robles Tolsa, gobernador de Jalisco: “[…] profesa el principio de que en política lo único malo es perder, y de ahí la hipocresía refinada con que se conduce en sus relaciones con el Gobierno Federal. […] Él sueña con un poder más alto.”
En “Fuentes contra Madero”, (diciembre, 1912) escribe denunciando a quienes “conspiran” en la enemistad del coahuilense. El texto termina: “¡Vuestro principal enemigo en Aguascalientes!”.
A días previos al asesinato, López Velarde escribió “Saetas”. Argumentó que en San Luis Potosí, “[…] donde nuestro Presidente formó y firmó su plan ‘libertador’, viven en perpetuo Viernes Santo.” Pronunció la fuerza de los liberales y el fastidio de los católicos.
Que no toquen las campanas
¡y viva la libertad!
¡Viva a Constitución!
Tienen los masones ganas
de imponer su voluntad,
y todo el mundo… ¡chitón!
Se refirió únicamente al modus del grupo del poder potosino, en contra del maderismo. En “Todo”, fijó voz y porte, su ideal. 

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