En los poemarios de Ramón López
Velarde no se hace mención a los conflictos de transición política 1910-1916. Lejos
de contrastar responsabilidad a su presente, muestra compromiso con su poética,
senderos simbólicos en opciones taciturnas.
No obstante, Ramón López Velarde tuvo, además del poético,
un perfil político. Participó activamente en Zacatecas, San Luis Potosí,
Jalisco y Aguascalientes. Aspiró a cargos de la función pública e incluso se ha
llegado a afirmar su colaboración en el Plan
de 1910. Su obra periodística indica sus posiciones y el reconocimiento con Francisco
I. Madero.
De 1909 a 1913, el poeta apoyó al coahuilense con artículos
de opinión. Afirmó: “Este fronterizo vale, por su hombría, más que los
políticos sin sexo de la ciudad de Méjico, en la que están domiciliados tantos
misérrimos individuos.” Fue crítico con su actuar: “Consentir en la reelección
del presidente para oponerse a la de los demás funcionarios es lo que en
romance se llama andarse por las ramas. Pero creo que en esto Madero fue
torpe.”
El jerezano expresó una postura en el respeto de las
instituciones. Creyó en la transición política, sin embargo lo hizo desde los
mecanismos jurídicos que propuso el Estado. No aprobó jamás la fuerza y las
luchas armadas, apostó por la civilidad y el acuerdo entre hombres libres y de
buena fe.
Lo anterior se demuestra en “Por Zacatecas”, (La Nación, julio, 1912). Ahí se notan
las visiones de Estado del poeta.
Después de la revolución, Zacatecas ha sido gobernado por la sensatez y la honorabilidad de señor licenciado José Guadalupe González, uno de los pocos individuos de quien no nos hemos decepcionados los que fuimos antirreeleccionistas de buena fe. Y el señor licenciado González ha prestigiado al señor presidente.
Denostó a la oposición de Madero ya
durante su mandato. Señaló a Robles Tolsa, gobernador de Jalisco: “[…] profesa
el principio de que en política lo único malo es perder, y de ahí la hipocresía
refinada con que se conduce en sus relaciones con el Gobierno Federal. […] Él
sueña con un poder más alto.”
En “Fuentes contra Madero”, (diciembre, 1912) escribe
denunciando a quienes “conspiran” en la enemistad del coahuilense. El texto
termina: “¡Vuestro principal enemigo en Aguascalientes!”.
A días previos al asesinato, López Velarde escribió
“Saetas”. Argumentó que en San Luis Potosí, “[…] donde nuestro Presidente formó
y firmó su plan ‘libertador’, viven en perpetuo Viernes Santo.” Pronunció la
fuerza de los liberales y el fastidio de los católicos.
Que no toquen las campanas
¡y viva la libertad!
¡Viva a Constitución!
Tienen los masones ganas
de imponer su voluntad,
y todo el mundo… ¡chitón!
Se refirió únicamente al modus del grupo del poder potosino, en
contra del maderismo. En “Todo”, fijó voz y porte, su ideal.
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