Muy noble y leal ciudad: Artes y Letras del Zacatecas virreinal, columna cultural en el periódico Imagen.
Piscina
Zacatecana, convento hospital de N. P. S. Juan de Dios reedificado. Dedicación
solemne… es uno de los impresos más importantes de Zacatecas en todo el
ciclo colonial. Fue escrito por el clérigo zacatecano Juan de Santa María
Maraver en 1720. El asunto central del libro es la dedicación del templo a San
Juan de Dios, solemnidad realizada los días 23, 24 y 25 de febrero de 1718 por
Antonio Rodríguez Lupercio. El texto fue patrocinado y dedicado a José de
Urquiola, quien en ese momento era alcalde ordinario, y a su heredero José
Rivera de Bernárdez.
El libro puede ser dividido en cuatro partes, además de las
dedicatorias, pareceres, licencias y sentires. El primero es la descripción de
Zacatecas por Juan Maraver. Luego, un recuento biográfico de fr. Ambrosio de
Leoz y los devenires históricos del convento de San Juan de Dios.
Posteriormente, la relación de la fiesta por la dedicación del templo
antedicho, con la descripción del arco triunfal y el certamen literario
realizado en tal honor. Finalmente, los resultados del certamen con el título
de Palestra ingeniosa, que a la
Dedicación del Convento Hospital de N. P. San Juan de Dios celebraron los
ingenios Zacatecanos…, por la mano del Bachiller Lucas Lascano, quien era
clérigo presbítero, sacristán mayor y examinador sinodal del obispado de la
Nueva Galicia.
La descripción que Juan Maraver hace de la ciudad va desde
la presentación de su riqueza, el modo de los habitantes, las diferentes
congregaciones, el gobierno de la ciudad y la posición que ocupa el convento de
San Juan de Dios.
A manera de eckfrásis,
el autor realiza un recuento de los motivos del blasón de Zacatecas otorgado
por Felipe II:
[…] con los títulos honoríficos de muy Ilustre, y muy Leal; por Cédula especial, que le concedió la Real Majestad del Señor Don Felipe II (que está en el Cielo) quien le dio el privilegio de Armas, y son, una Imagen de Nuestra Señora la Virgen María en un monte: (este dicen que es, el que los naturales de esta tierra llaman la Bufa) en el repecho de una cifra de PHILIPPO, en memoria de la Majestad, que le honró; abajo las pinturas de los nobilísimos Héroes, que le conquistaron; a las plantas de estos sus efigies, escritos de cada uno, su nombre: en la coronilla del picacho la Santa Cruz: a los lados el Sol, y la Luna: orladas con ases de flechas, y arcos, armas de sus naturales: dos tarjas escritas de las Cédulas de sus grandes privilegios; y en dos columnas gravado el NON PLUS ULTRA, por serlo de su Imperio.
El
blasón es la distinción que tiene Zacatecas con respecto a otras ciudades de la
América hispánica, privilegiadas formas de expresar lealtades monárquicas.
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