Muy noble y leal ciudad: Artes y Letras del Zacatecas virreinal, columna cultural en el periódico Imagen.
Luis Fernando, primogénito de Felipe
V, fue parte de un proyecto de consolidación dinástica borbónica. La
constelación de su nombre es en memorial a dos monarcas: Fernando “El Católico”
y Luis XIV. En gran medida, los gestos, rituales y signos regios fueron
cuidadosamente inspeccionados en la idea de entregar un sendero político
“adecuado”.
El matrimonio del príncipe Luis fue en 1721 con Luisa Isabel
de Orleans, hija de Felipe duque de Orleans y sobrina de Luis XIV. Las nupcias
representaron la unión plena de los borbones, quienes debían mantenerse unidos
ante las amenazas de diferentes reinos europeos.
En Zacatecas, el suceso fue celebrado con diferentes
expresiones regias de lealtad. Una de ellas fue un certamen poético celebrado
el 27 de septiembre de 1722, patrocinado
por el conde Santiago de la Laguna José de Urquiola. Posteriormente, bajo el
patrocinio del sucesor de tal título, José Rivera de Bernárdez, se publicó la
justa literaria con el título Estatua de
la Paz antiguamente colocada en el Monte Palatino por Tito y Vespasiano
cónsules y ahora nuevamente trasladada a los reinos de España y Francia…, impresa
en la casa editorial de José Bernardo del Nogal en 1727.
Los jueces del
certamen fueron el conde José de Urquiola, el entonces alcalde de la ciudad
José Rivera de Bernárdez, el alcalde Juan Hurtado de Mendoza, Diego García de
Argüelles y como secretario el bachiller José de Aguirre Villar. Este último es
quien hace la descripción del argumento poético, así como los resultados de la
premiación poética.
El tema central del texto es la alegoría entre el Templo de
la Paz Romana y su reconstrucción en Zacatecas, en el trasfondo de las nupcias.
En su base, la historia del Ara Pacis o
templo de la Paz patrocinado por el emperador Augusto, luego de su victoria
sobre Galia e Hispania. Fuera del Ara
Pacis, se colocó un obelisco, motivo de fundación solar. En el centro, la
diosa Irene o Eirene, diosa griega de la Paz, con la corona de olivo y la
espada de fuego.
En el impreso zacatecano, se rescataron dichos símbolos:
[…] porque lo que veo en este simulacro de la Paz, cuya figura es de una hermosa Doncella, coronada de oliva; en la mano diestra una hacha encendida, quemando con ella dardos, morriones, y otros instrumentos de guerra […].
Irene,
la Pax Romana, funda su bienestar en la victoria y caída de cabezas del
enemigo. Esa es su verdadera paz, derrotar al contrario. Así la idea de la Pax
Zacatecana, la nueva Estatua de la Paz trasladada
a los reinos de España y Francia. El obelisco –descrito al final del
impreso– funda su condición solar en el proyecto del príncipe Luis Fernando:
una Paz sobre la victoria del mundo.
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