Muy noble y leal ciudad: Artes y Letras del Zacatecas virreinal, columna cultural en el periódico Imagen.
Los sermones en la Nueva España
fueron una excelente plataforma discursiva: se ajustaban a los recursos
retóricos de su época y fueron un vehículo de pensamiento teológico y político.
Podían ser festivos, solemnes, fúnebres o de acción de gracias. De ellos queda
un amplio acervo de manuscritos e impresos, signados por autores de variado
estilo y parecer.
De sermonistas zacatecanos, destaca la figura de Fray Juan
de San Miguel. Beristáin de Souza refiere que estudió en el colegio de San
Buenaventura Tlaltelolco. Fue sinodal de los obispados de Durango y Michoacán,
visitador de la Nueva Viscaya y finalmente provincia de Zacatecas en 1719. El
cronista Arlegui, cita Beristáin de Souza, menciona que “Supo de memoria toda
la Biblia”.
Uno de sus sermones impresos fue Sermón en acción de gracias por la elección de ministro provincial...
a fray Luis Athanasio, conocido como Luis
Hermoso. Lo dictó el 19 de diciembre de 1700. Fue publicado a expensas de
fray Sebastián Torres y fray Felipe Gaitán –en la imprenta de Juan José
Guillena Carrascosa (1701)– y dedicado a fray Juan de Lascano.
El impreso contiene una dedicatoria de los mecenas, el
parecer de Juan Ignacio de Castorena y Ursúa, el parecer del jesuita Nicolás de
Ribera y el sentir de fray Antonio de Salazar. Castorena y Ursúa en el parecer
llama al autor “mi amigo y paisano”, del arte del sermón argumenta:
Es el primor del arte de un sermón estar fabricado, y bien hecho según el arte: y el salir bien escrito con las sagradas letras del libro de los sermones, que es la escritura, y no trasladado de los sermones de los libros. Es la gracia de un sermón estar bien hecho, bien escrito, y bien parlado, siembre fundado sobre la gracia: Super Ioannem – Ioannes interpretatur gratia.
El tema del sermón fue una acción de
gracias por la elección del padre provincial Luis Hermoso. Fray Juan
de San Miguel hace una alegoría en apoteosis plena a Zacatecas:
Pero en esta materia considero al M. Reverendo Padre Provincial más dichoso, que a San Juan Bautista; y la razón es: porque a San Juan Bautista se le entregó la Provincia de Palestina; al M. Reverendo Padre Provincial se le entrega la Santa Provincia de Zacatecas: […] una Provincia tan perfecta, que le puede decir de ella, lo que dijo el Esposo de la Esposa: Una est prefecta mea. Es una, por la suma unión y paz que goza: es perfecta, por la suma religión con que vive: así se le entrega, porque así la ha tenido su antecesor con su celo, con su Religión, con su ejemplo, con su prudencia, con su virtud, con su sabiduría, con su humildad, porque viva mil siglos, viva eternidades.
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