Muy noble y leal ciudad: Artes y Letras del Zacatecas Virreinal, columna cultural en el periódico Imagen.
La antigua parroquia de Zacatecas
resguardó una imagen milagrosa del Santo Cristo. José Rivera de Bernárdez en Descripcion breve… la refiere en grabado
y en el punto XII “De la Soberana Imagen de Cristo Crucificado, que se venera
en esta Iglesia, y de sus milagros”. Ésta se encontraba en el altar, donde
anualmente se exponía sobre un trono de plata. La habría traído el obispo de la
Nueva Galicia Francisco Gómez de Mendiola, quien murió el 23 de abril de 1576.
El impreso termina con una enumeración de varios milagros.
El 25 de abril de 1736, antes del mediodía, la parroquia
tuvo un incendio que duraría tres horas. Para infortunio de los feligreses
zacatecanos, la imagen del Santo Cristo de Zacatecas quedó en cenizas. La única
parte que se pudo rescatar fue un pedazo de la “Llaga Santísima del Costado”.
El capitán Francisco Muñoz de Villalón, des veces alcalde ordinario
y vecino de Zacatecas, mandó realizar dos nuevas “imágenes”. La obra plástica,
con base en la “Llaga Santísima del Costado”, por mano de Juan de Santiago
natural de Tlatelolco. La otra, un sermón en honor a la consagración de la
nueva obra el 6 de agosto de 1736 en la Iglesia del Hospital de San Lázaro, por
Cristóbal Ruiz Guerra Morales: Fénix en
el incendio de la ciudad de Nuestra Señora de los Zacatecas, abrasado, y para
su consuelo en el día de su transfiguración, de nuevo renacido…
El impreso, junto con el sermón, contiene una alocución del
patrocinador, el sentir de Juan Antonio de Segura –con una cita de José de
Villerías–, la aprobación de Juan de Contreras, el parecer fue de Juan de Rivas
–alumno de Fr. Cristóbal Ruiz Guerra Morales– y finalmente una octava a manera
de dedicatoria de Juan Francisco Sahagún de Arévalo, estudiante de la Real
Universidad. Además, el impreso da una notica importante, el lugar de
nacimiento del autor: Zacatecas.
Cristóbal Ruiz hace una alegoría entre el Fénix –renacido de
su fuego–, la Palma –con la cruz en lo alto–, Jesús en su resurrección y el
incendio del Santo Cristo de Zacatecas. Su símbolo, cifrado en el número tres:
Tres meses han sido necesarios para hacerse, esa Peregrina Imagen, a quien bastaron tres horas para abrasarse: esperando los tres meses para transfigurarse, la Imagen misma que en tres horas vieron en el incendio consumirse. ¿Pues por qué no se han de persuadir mis Paisanos, a qué Imagen, que como su Original, quiso (impidiendo todos los posibles recursos) porque quiso, oblatus quia ipse voluit, en el incendio arder, para volver en su Imagen a morir; es el Fénix, que en su Arabia quiera, porque quiera, en su transfiguración renacer?
El fuego había sido simplemente un renacimiento del Santo Cristo: un Fénix.
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