7.31.2010

"El Big Bang ha muerto" o era Dios

El mexicano Alejandro Corichi Rodríguez Gil demuestra que hubo un "antes del Big Bang". Hecho que da vueltas (o debe hacerlo) a nuestras mentes, si se piensa que ese lenguaje científico lleva a un lenguaje mítico, mas verificable, por supuesto. El Big Bang era un punto que explotó y así se creó el universo. La relatividad confirma que el movimiento de la masa se hace en relación al primer punto, es decir, al Bang. De ahí el cambio de la epistemología y de la física del siglo XX. Como ya antes lo había mencionado Barthes en sus Mitologías el creador de la ecuación de la relatividad se convertía en un mito, en el momento de plantear, en un lenguaje inaccesible para simples mortales, la esencia de la materia (como una fórmula alquímica). Esas ideas, la de la relatividad y la del Big Bang, fueron adoptadas por el hombre del siglo XX en una imaginería del lenguaje, en forma de mito. Si bien, el Big Bang que percibimos no es claro, ya que ahora se puede estar expandiendo o retrayendo, siempre, en el principio fue el Big Bang.
Como en el principio fue Dios, o ¿tal vez no?
"Hubo un estado del universo en el que éste se contraía.
"Se conoce como el Big Crunch, parecido al Big Bang, pero en el que se encogía y tendía a desaparecer, lo que también ocurriría si a nuestro universo en expansión lo viéramos hacia atrás en el tiempo.
"Los efectos cuánticos de la gravitación detuvieron la contracción y crearon una fuerza de repulsión lo suficientemente intensa para detenerla y generar en el universo, con gran velocidad, una fase de expansión.
"Ahora, el universo se ve como si hubiera nacido de una gran explosión, o Big Bang, cuando en realidad habría sufrido un gran rebote, o Big Bounce, de la etapa en contracción a la etapa en expansión"
¿Se alude a una blasfemia? ¿Es decir que antes del Big Bang existió otro Big [Bounce)? ¿Se descubrió un texto científico de carácter apócrifo? ¿Tenía forma de Cronos o de Urano? ¿Entonces, la ciencia por fin acepta el tiempo como espacio cíclico, in illo tempore?
El debate sugiere muchas preguntas, no así respuestas. El positivismo sólo entregó un conocimiento "amontonable" pero a la vez inservible. El tiempo, por lo tanto, no es ni historicista ni evolutivo. Tantos años de investigación para caer en lo que ya sabíamos (y de qué manera, poesía, ritos, mitos, metáforas, templos, etcétera), el tiempo es circular y no evolutivo. La luz de Prometeo se apaga en su versión del siglo XX. Se debe abogar por una lectura al mito, a ese rayo que no es más que la violencia del lenguaje de Apolo, el Dios del Sol, de las artes. Resulta más interesante la muerte de Dios de Nerval y compañía, la Teogonía de Hesiodo, que la explicación del "Big Bounce".

____________________
http://mx.news.yahoo.com/s/31072010/90/tecnologia-demuestra-mexicano-hubo-big-bang.html

7.24.2010

Hace mucho que había leído este soneto. En verdad fue muy bueno reencontrarme con su voz:

POSESIÓN
Se nublaron los cielos de tus ojos,
y como na paloma agonizante,
abatiste en mi pecho tu semblante
que tiñó el rosicler de los sonrojos.
Jardín de nardos y de mirtos rojos
era tu seno mórbido y fragante,
y al sucumbir, abriste palpitante
las puertas de marfil de tus hinojos.
Me diste generosa tus ardientes
labios, tu aguda lengua que cual fino
dardo vibraba en medio de tus dientes.
Y dócil, mustia, como débil hoja
que gime cuando pasa el torbellino
gemiste de delicia y de congoja.

Efrén Rebolledo

7.10.2010

La necesidad del Pulpo


Hace unos días platicaba con algunas personas (de corte científico) que con furia me reclamaban el sentido falso del mito. Yo no lo podía creer, afirmaban un mundo sin imágenes, sin sustancia imaginaria; su única representación esencial del mundo era la famosa escala binaria y verde de números otorgados por la película Matrix. Yo sostenía (aún lo hago) que al final de cuentas, esa propuesta de la sustancia de conocimiento era una manera imaginaria, puesto que los números -en su obstinada comprobación- no se pueden tocar. La discusión terminó con la noche y la bebida.
Lo inédito sucedió hace algunos días, todo por supuesto en el marco del Mundial de soccer en Sudáfrica. Las mismas personas estaban totalmente convencidas de la capacidad profética del Pulpo. Era como un cambio de mentalidad, de cerebro. Sus hipótesis y favoritismos se anclaban a lo que el Pulpo decía, o mejor dicho, hacia donde el pulpo movía la pelotita en el agua. Frase ya común: "El Pulpo no se equivoca".
Salí fastidiado de dicha plática. Me niego a creerlo. Por supuesto que tengo en mente y creo, además, que el hombre necesita un aferramiento o mejor dicho una seguridad del futuro, que le pueda dar una justificación plena de su pasado y su presente perpetuo. Los tiempos deben ser mejores. Por ello a voz y el aliento que, no es algo gratuito, alienta, te llena de voz y de seguridad. El oráculo de Delfos y su sitio; el Tabernáculo, las tablas de la ley y lo oral; los Templos y la Biblia, son resguardos de esa palabra, de ese aliento que si bien no consta de algún hecho tangible, al menos (no menos, claro) otorgan una maravilla y ensoñaciones de símbolos, imágenes, palabras, creaciones, etcétera.
Me niego a creerlo. Prefiero hacer caso a esa palabra de Tiresias el andrógino, al Moisés que arrojó, con violencia, las primeras tablas de la Ley a becerro de oro; al Hermes que aparecía como principal mensajero; a las Ninfas y la luz de Apolo; que a un simple pulpo con una pelitota, en un frasco con agua, con 20 científicos "comprobando" su nula y coincidente verdad.

7.08.2010

El rayo de Zeus, el Sol de Apolo y la caverna alumbrada


Es la violencia del lenguaje. La trama oculta y el pacto, en silencio, que otorgaron los dos dioses de la luz. Uno en su rayo violento, el otro en la delicadeza, en la fortuna de agrandar las formas y la palabra. Bien lo supo Prometeo, por ello no le bastó robar una flama, lo hizo en toda su violencia y el efímero. Más la caverna sigue oscura, El progreso no se afana de un proyecto dominador y positivista; tener la palabra es tener la manera de dominar los límites del mundo, su agonía. La llama, el rayo, sólo condicionó una vida "confortable" en la caverna; la palabra, el lenguaje, la grandeza de la luz te contiene en formas inherentes, infinitas, inabarcables. René Magritte lo entendió por entero. No sólo jugó con su destreza de las palabras y las cosas, sino que llevó a su poética a los límites de su lenguaje-poética, tanto de la pintura, de la palabra, de la cosa en sí misma. Con su forma y pincelada, los estadios salieron a la muestra del mundo, a sus fronteras. La llama sigue ahí, consumiéndose, con un fin anunciado y predecible; no obstante la obra se encuentra situada en el centro de la luz y sus designios y, salvo por una suerte de amapola, la pintura será eterna. El hombre se ufana de controlar la llama, de levantarla en la cima de la oscuridad. No tiene la fortuna de que mientras el mundo no se nombre, afuera seguirá estando intermedio el silencio, la sutileza, la llama y en al fondo, en la noche, el hombre y su miedo, su condición.