4.15.2015

Hieroglyphica I

El libro Idea de un Príncipe Político Christiano en cien empresas… de Diego Saavedra de Fajardo es uno de los tratados pictórico-literarios más importantes del siglo XVII hispánico, con una amplia repercusión en obras posteriores. Dentro de sus cien empresas, se estipuló una pedagogía simbólica al soberano desde el nacimiento –ejemplificada en la “Empresa Política I”– hasta su muerte —cifrada en la “Empresa Política C”. Mencionado libro de emblemas fue hecho para la educación del primer hijo de Felipe IV, el príncipe Baltasar Carlos a quien la muerte lo sorprendería antes de ocupar el trono.
La “Empresa Política XXVIII” se constituía por tres cetros, cada cual rodeados por una serpiente: dos estaban contenidos en dos espejos a los lados y el del centro estaba encima de un reloj de arena. La serpiente del centro apoyaba su cola en el punto de unión de lo superior y lo inferior del reloj, rodeándose por el cetro entre el movimiento y el mirar de reojo hacia los dos espejos. Así, con el speculum latino de los dos reflejos, se atisbaba observancia infinita del tiempo por encima de los hombres.
La conjunción axiológica de la que se partía la empresa era “La Prudencia”. Diego Saavedra Fajardo explicaba: “Es la Prudencia regla y medida de las virtudes, sin ella pasan a ser vicios”. Se trataba de una articulación demostrativa en la que el Príncipe debía sostenerse sobre un eje: el apoyo en la intersección de su presente –el sustentáculo de su cola en el reloj– que miraba entre la enseñanza del pasado, hacia el porvenir. En ejercicio interminable de reflejos sólo lo podía cambiar el actuar del soberano, la decisión y el destino estaba en quien se apoyaba en el cetro. Su movimiento y mirada debían ser con el sigilo del reptil, que en suma, significa uno de  más grandes los avatares de la humanidad o bien la eterna lucha entre la pasión y la prudencia.