Sé, que en realidad, no es el gran espectáculo de destrucción que ha existido en el mundo. Ni mucho menos, al margen del planeta, se acerca a aquellos que he visto en Televisión: las demoliciones extraordinarias de estadios europeos o, incluso, la caída de las torres gemelas. Pero en Zacatecas representa una ruptura a la continuidad, un contundente hemiciclo a la futura creación, el sentimiento conmovido de prácticas aleatorias. Yo solía, como otro de mis actos ritualistas, verlo solo, vacío, con un hielo por mandar la trascendencia. Ahora no existe y sólo el ministerio sabe (o los actores gubernamentales detrás del proyecto) la producción que se levantará y quitará espacio al espacio, aire al aire. Por lo pronto, me gusta ver derribar tabiques y contemplar como un mecánico bicho derriba escombros…
6.11.2008
Crónicas
Sé, que en realidad, no es el gran espectáculo de destrucción que ha existido en el mundo. Ni mucho menos, al margen del planeta, se acerca a aquellos que he visto en Televisión: las demoliciones extraordinarias de estadios europeos o, incluso, la caída de las torres gemelas. Pero en Zacatecas representa una ruptura a la continuidad, un contundente hemiciclo a la futura creación, el sentimiento conmovido de prácticas aleatorias. Yo solía, como otro de mis actos ritualistas, verlo solo, vacío, con un hielo por mandar la trascendencia. Ahora no existe y sólo el ministerio sabe (o los actores gubernamentales detrás del proyecto) la producción que se levantará y quitará espacio al espacio, aire al aire. Por lo pronto, me gusta ver derribar tabiques y contemplar como un mecánico bicho derriba escombros…
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