Véase Periódico Imagen.
La
emblemática en el mundo hispánico fue una excelente plataforma de difusión.
Constituido por pictura, poesis y mote, la emblemática mantuvo
discursos formulados hacia senderos, según las circunstancias de los textos y
contextos. Lejos de contenerse como
una fórmula literaria, el concepto –a
la manera de Gracián– establecía conjugaciones entre arquetipos en teoría
dispersos, con el objetivo de entablar discursos, en muchos casos enajenados,
es decir, en la búsqueda de legitimar posiciones e instituciones. Con motivo de
la muerte de la reina Mariana de Austria –madre de Carlos II y esposa de Felipe
IV–, la Ciudad de Zacatecas elaboró un túmulo en 1697, para solemnizar las
exequias fúnebres. En una de las tarjas se colocó el siguiente emblema: un sol
eclipsado con el mote Patior, ut potiar
y con los versos:
[…] Hoy padece el orbe sustos
viendo a su sol fenecer;
y a su llama deshacer;
mas no se juzgue perdida
que si ha dejado la vida,
es
para volver a nacer.
El emblema del sol
eclipsado cuenta con una larga tradición en las expresiones de lealtad en
Hispanoamérica y sobre todo en las ceremonias de “doble obediencia”, a saber:
exequias y juras reales. El asunto respondía a una visión cosmogónica: el sol
en su eclipse dejaba por un tiempo en tinieblas a la tierra, volvía a lucir
radiante en nuevos rayos, ciclos. De la misma manera, se estipulaba la muerte
de los monarcas: por su cuerpo y linaje, se sucederían los tiempos venideros. Evidentemente
se trataba de un símbolo entre rey y príncipe, aunque en ciertas
circunstancias, como el citado ejemplo en Zacatecas, se le impuso a la reina.
La razón era justificable, la reina madre Mariana de Austria, además de haber
tenido un largo periodo de regencia por la minoría de edad de Carlos II,
influyó en gran medida en la política de la monarquía española. Tal emblema fue
reelaborado en múltiples ocasiones, no obstante bajo senderos discursivos
diferentes. Sus nuevos rayos más significativos fueron gracias al terreno
ganado por la teoría heliocéntrica o la reinterpretación del mito prometeico,
con los cambios filosófico-políticos que suponían.
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